Es un proceso complejo en el que se dan cuatro etapas:
- Elección de una persona en concreto entre las personas más o menos próximas con el fin de establecer una relación con ella. En esta elección intervienen el atractivo físico y la similitud de valores, gustos, conductas, etc.
- Revelación de las identidades: mediante la comunicación las personas se dan a conocer, lo cual puede desembocar en una ruptura o ser un refuerzo al poder reafirmar la buena elección de la pareja.
- Exploración de la compatibilidad de los roles, de cómo se van a distribuir y de si serán flexibles o estáticos. Aquí se consagra la empatía mutua y, si echa raíces, lo normal es que, ante cualquier riesgo de separación, la situación se reconduzca.
- Elaboración de compromisos: se comienzan a plantear expectativas que suelen tener una dimensión temporal larga, y al cabo del tiempo, se llevan a una dimensión pública.
La unión de dos personas supone la redefinición de valores y conductas de las familias de cada uno, por lo que es muy recomendable ir despacio en cada una de estas etapas.
Fragmento de "La vida es bella"
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